Todo tiempo de tu vida es buen momento para comenzar.
Sin límites.
Los seres humanos somos contradictorios..
Por lo tanto, aun en el éxito, podemos sentir la ansiedad, y el temor a vivir ese momento, o a que disfrutarlo represente una amenaza o un riesgo.
Invertir hoy en ti, te dará otro futuro.
Y el futuro ya es mañana.
«No tengo dinero, no tengo tiempo, me tengo que organizar»
Te propongo que te tomes un minuto y al leer, escuches la frase.
¿Qué te resuena? ¿Qué recuerdas? Que responderías a quien argumenta de esa forma tan imperativa? Renunciando de antemano a buscar, armar y crear alternativas?!
Todos hemos estado en ese lugar alguna vez, el de pares binarios, el de calles sin salida, el de quedar en blanco.
En el diálogo terapéutico como escenario, vamos recreando la novedad, trabajando en abrir la perspectiva y usar todos los colores posibles.
En el tiempo se van sucediendo pequeños y grandes acontecimientos que mueven la mirada y la experiencia del autor.
El autor es todo aquel que da el primer paso hacia sí mismo.
Al marcar el tiempo para iniciar su proceso de análisis, comienza un modo nuevo de manejo y de organización. Surge así, a un nuevo tiempo y a un nuevo texto
Es posible, no sencillo.
Cómo ir llegando al plan que elegimos?.
Toma el tiempo y el espacio, así se inicia un nuevo rumbo.
¿Con qué desafíos me voy a encontrar en el proceso terapéutico?
Iniciar el camino del análisis representa un desafío y una oportunidad.
Movilizar nuestra perspectiva, implica compromiso y trabajo en nosotros mismos.
Camino que tiene altos y bajos, construcción de nuevas formas para desplegar nuestras posibilidades.
Un paso, una palabra, nuevos sentidos por descubrir.
Los efectos del proceso, se suceden al ritmo de cada persona, es único y singular.
Tomar el deseo y llevarlo a lo posible, es salir del ciclo repetido y doloroso de ilusiones que sólo habitan en el pensamiento.
¡Animate!